El Gobierno de Mendoza enfrenta una semana clave en la negociación paritaria con los principales gremios estatales. Luego de las primeras reuniones, que concluyeron con rechazos y nuevas convocatorias, la tensión sigue en aumento. ATE, Ampros y el gremio de empleados judiciales anticiparon un rechazo contundente si las ofertas salariales se mantienen en la misma línea que la presentada al SUTE, el sindicato docente.
Desde la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), que representa a más de diez sectores, incluyendo la Administración Central y los no profesionales de la Salud, su secretario general, Roberto Macho, calificó de «desastre total» la paritaria de febrero. «No nos han dado ningún aumento para enero y febrero, y el Gobierno ha discriminado al 50% de los estatales al otorgar un bono de fin de año a docentes y celadores, mientras que a trabajadores de la Salud, la Administración Central y la Policía de Mendoza no les dieron nada», denunció Macho.
Según el dirigente sindical, la oferta del Ejecutivo debe contemplar «un aumento muy por encima de lo ofrecido», para compensar una pérdida inflacionaria estimada entre el 34% y el 50%, dependiendo del escalafón. Además, criticó la falta de llamados a concursos en la Administración Central, la demora en los pases a planta y la falta de reconocimiento a los licenciados en enfermería. «A los docentes les tiran un 9% de aumento, que es nada, porque la inflación real se siente en la calle con el aumento de la carne, la electricidad y próximamente el agua y el transporte», agregó. ATE reclamará un salario que alcance al menos los $1,3 millones, en referencia al valor de la canasta básica. «El Gobierno tiene superávit y debe reorganizar el pago a sus empleados», sentenció Macho.
Por su parte, la Asociación Mendocina de Profesionales de la Salud (Ampros) también sostiene un reclamo fuerte. Su secretaria general, Claudia Iturbe, indicó que la pérdida salarial de los médicos de Mendoza entre 2020 y 2023 fue de al menos un 150%. «Vamos a plantear la recuperación de lo perdido en ese período más adicionales específicos por especialidad médica», explicó. Iturbe recordó que, a fines de 2023, el gremio realizó asambleas en hospitales ante la negativa del Gobierno de abrir una comisión negociadora que tratara la recomposición de lo perdido solo en ese año, lo que Ampros estima en un 50%. Además, exigirán la regularización de 2.000 prestadores que, desde hace cinco años, trabajan sin seguridad social, vacaciones ni aportes formales.
En el ámbito judicial, los empleados del sector también manifestaron su malestar y exigen una recomposición salarial real. Emanuel Aciar, representante del gremio, sostuvo que los aumentos deben reflejar la inflación real y recuperar lo perdido en años anteriores. «No podemos guiarnos por los números oficiales cuando los empleados judiciales y estatales en general pierden poder adquisitivo mes a mes», señaló. Además, recordó que en 2020 la inflación en Mendoza superó el 30%, mientras que los trabajadores del sector público no recibieron ningún incremento.
El escenario de conflicto parece inevitable. ATE y Ampros participarán en reuniones paritarias esta semana: el martes por la Administración Central y el miércoles por los no profesionales de la Salud. Judiciales tendrán su encuentro el martes a las 13. Desde ATE, anticipan que si las ofertas siguen en la misma línea, el Gobierno optará por imponer aumentos por decreto y endurecer su postura. «Estamos llegando al límite de una paritaria sin diálogo. Van a hacer dos o tres ofertas y, si los sindicatos no aceptan, lo sacarán por decreto. Y si hay conflicto, reprimen a los trabajadores y dirigentes sindicales», advirtió Macho, quien vinculó la estrategia oficial con el alineamiento del Ejecutivo mendocino con el presidente Javier Milei y la ministra de Seguridad Patricia Bullrich.
Las próximas reuniones serán determinantes. Mientras los gremios buscan recuperar el poder adquisitivo perdido, el Gobierno provincial deberá definir si cede ante la presión sindical o mantiene su estrategia de negociación, en un contexto económico y político cada vez más tenso.