La gran novedad de las legislativas nacionales 2025 será la implementación de la BUP (boleta única de papel). Un golpe al peso de los aparatos políticos tradicionales, sus punteros y la garantía para que el electorado pueda elegir por el candidato de su preferencia, sin las habituales “faltas de boletas”.
En un cuadro donde el oficialismo y la oposición están “revueltos” la implementación de este sistema de votación concentra la atención en las figuras, en el nombre del candidato contra el peso de la “militancia” y el “aparato”. El sistema democratiza la posibilidad de elegir los candidatos dando por tierra las picardías habituales de los aparatos políticos.
Sin duda los grandes beneficiados son las terceras fuerzas. Al tener recursos limitados, les significa un enorme esfuerzo fiscalizar las más de 4 mil mesas que cubren el territorio provincial. El nuevo sistema de elección le quita presión a las terceras fuerzas a la hora de buscar alianzas con aparatos poderosos como los tradicionales.
Resta ver si el congreso finalmente anula las PASO y la elección de diputados nacionales se concentra exclusivamente en octubre. Este escenario pone un límite a las alianzas, sobre todo las que tienen un carácter más coyuntural y oportunista.
Por otro lado, le agrega presión a las tensiones internas del oficialismo, que ya discute la sucesión de Alfredo Cornejo. Algo similar ocurre con el PJ que está discutiendo su reordenamiento luego de haber sido desalojado del poder.
Mendoza desdobla
Todo indica que las elecciones de medio término legislativas de la provincia serían despegadas de las nacionales y los municipios opositores de estas. Nuevamente un festival de elecciones, motivadas por cálculos políticos y electorados, muy distanciados del espíritu cívico de los Mendocinos.
La decisión del oficialismo para establecer este cronograma obedece a contener a todos los sectores internos, al mismo tiempo que le facilita un acuerdo con La libertad Avanza del presidente. La ecuación es simple: la libertad avanza tiene la preponderancia en la elección de diputados nacionales, el presidente Javier Milei está urgido por consolidar una mayoría parlamentaria o al menos una primera minoría, que le facilite la política de reformas que viene impulsando. El oficialismo provincial se quedaría con la elección local, sin tener que enfrentar a la fuerza de Javier Milei, lo cual no lo exime de ir a elecciones internas como forma de resolver las tensiones internas, centralmente en el radicalismo, pero también con sus socios.
Los intendentes peronistas, de San Carlos y potencialmente de Rivadavia también desdoblarían las elecciones a concejales, a fin de plebiscitar sus gestiones municipales, sin la influencia de la discusión provincial, que domina la elección de senadores y diputados provinciales.
Más allá del carácter democrático que pueda tener una elección paso donde cada sector partidario puede presentar sus candidaturas, es innegable que el cuadro que domina a las principales fuerzas, oficialista y oposición, es de una fuerte fragmentación. Esto importa porque implícitamente está cuestionando el liderazgo de los ejecutivos y principales dirigentes partidarios.
Preparativos electorales
La Libertad Avanza y Cambia Mendoza parecer estar amasando un acuerdo para marchar juntos (no unidos) a todos los turnos electorales, no aparece en el horizonte inmediato una fuerza o alianza que pusiera en cuestión su victoria. Incluso un gran frente anti Cornejo- Milei de todos los sectores opositores solo facilitaría un triunfo del bloque gobernante, incluso conquistar mayorías especiales en los cuerpos parlamentarios.
El peronismo se encuentra concentrado en resolver sus contradicciones y fricciones internas, lo cual lo corre del rol de principal fuerza de oposición. También encuentra limitadas sus posibilidades de liderar una alianza opositora que sume a sectores representativos por la sencilla razón de que nadie quiere ser tildado de “Kichnerista”, mucho menos en Mendoza.
Este escenario presenta un desafío a las “terceras fuerzas”. El Partido Verde de Mario Vadillo, deberá administrar con mucha prudencia su caudal electoral. La izquierda tiene el desafío de volver a tener representación legislativa, si logra volver a enamorar a los sectores más castigados por la política de libre mercado, estará en esa disputa.
La gran incógnita es qué ocurrirá con el espacio electoral de la Unión Mendocina. Hoy tironeados entre los libertarios, el oficialismo local y el PRO de Mauricio Macri. Con un Omar De Marchi alineado a Javier Milei y un Daniel Orozco pensando en volver a Las Heras, el margen de este se ve bastante acotado. La orfandad de este espacio presenta la necesidad de un rearmado, tal cual esta, se diluye.
Lo único concreto es que todos hablan con todos, es el momento de la rosca.