El Partido Justicialista de Mendoza celebrará este sábado un congreso partidario clave, dividido en dos tramos —uno ordinario y otro extraordinario—, que pondrá sobre la mesa las disputas de poder internas, la definición del cronograma electoral y, sobre todo, las condiciones bajo las cuales el justicialismo mendocino enfrentará los comicios nacionales de octubre. Aunque se habla de búsqueda de acuerdos, el trasfondo está marcado por desconfianzas cruzadas y la posibilidad concreta de una ruptura.
En este escenario, se pueden distinguir cuatro sectores bastante difusos dentro del peronismo mendocino: el espacio conducido por Anabel Fernández Sagasti, el grupo liderado por el presidente del PJ provincial, Emir Félix, la estructura que responde a Carlos Ciurca, con intendencias y presencia legislativa. Por último, la CGT provincial y organizaciones sociales, que reclaman mayor participación en la estructura partidaria.
Las coordenadas del conflicto: lo que está en juego.
Más allá del formalismo institucional, el congreso debatirá temas de alto voltaje político: la continuidad o no de las PASO, la posibilidad de realizar internas partidarias y de fondola oferta electoral.
Uno de los puntos más sensibles es la suspensión de las PASO nacionales – decisión del Congreso de la Nación que el PJ local busca ratificar en su carta orgánica – y su eventual reemplazo por internas abiertas. Aquí aparecen las primeras fricciones.
El sector que lidera Emir Félix pretende consensuar listas únicas, con el límite que la prenda de unidad es su liderazgo en las listas. Su fortaleza, al menos en el congreso, es que tendría los acuerdos que le garantizarían una holgada mayoría de congresales.
Por su parte el espacio de Anabel Fernández Sagasti exige reglas claras, el respeto la representatividad conquistada en las elecciones anteriores, el peso de la militancia territorial y que los intendentes no desdoblen la elecciones municipales, para darle una base sólida a la disputa de la lista peronista. Su fortaleza es que llegan al congreso muy movilizados y habiendo ganado todas las internas del último tiempo.
Todos los sectores tienen sus aspiraciones.
Los sectores más vinculados ciurquismo reclaman que se respete la facultad de los municipios de desdoblar sus elecciones locales, una potestad consagrada en la legislación provincial pero cuestionada desde el kirchnerismo. La posibilidad de limitar esa atribución municipal es rechazada de plano por Félix y por el aparato territorial del PJ tradicional.
Por su parte la CGT mendocina y diversas organizaciones sociales plantean una demanda histórica: ocupar el 33% de los cargos partidarios, cifra que, afirman, les pertenece por derecho como representantes de los trabajadores. La respuesta oficial ha sido esquiva. Emir Félix sostuvo que están todos invitados a participar, pero que para ello deben armar una lista. Los sectores sindicales, sin embargo, acusan a la conducción de vaciar los espacios de representación popular y de bloquear el ingreso real de actores gremiales al corazón del partido. La tensión aumentó con rumores difundidos por voceros de Emir Felix donde se cuestionaron la legitimidad de sus referentes, como Ricardo Letard de Camioneros, a quien señalaron como “no afiliado al PJ”.
¿Ausencia de Fernández Sagasti?
Anabel Fernández Sagasti estará en viaje oficial por México, no obstante su corriente llega a esta instancia, aunque no se refleja en la aritmética de los congresales, es determinante para la dinámica política. Su espacio ha ganado todas las internas recientes en las que se presentó, y mantiene una estructura militante con fuerte presencia. Esa capacidad de movilización, combinada con una narrativa nacional-popular claramente opositora, convierte a su sector en un actor que no puede ser marginado sin consecuencias.
Desde su entorno advirtieron que estarán “atentos a que no haya picardías” en la redacción del documento final del congreso. Entre sus alertas figuran dos: que se intente eliminar el sistema D’Hont para el reparto proporcional de candidaturas y que se otorguen funciones excesivas a los consejos departamentales.
Pese a las diferencias, hay conversaciones informales abiertas entre el sector de Fernández Sagasti y otros actores partidarios. Sin embargo, desde La Cámpora advierten que, si no se garantiza un proceso interno abierto y equitativo, podrían evaluar competir por fuera del PJ en las elecciones de octubre, con Fernández Sagasti como figura central. Ese escenario, que hoy algunos relativizan, tendría un alto impacto en el peronismo local, no sólo electoral sino simbólicamente.
Anabel Fernández Sagasti, incluso sin estar presente, es una de las protagonistas indiscutidas de este proceso.
Un congreso de definiciones.
El congreso será una instancia donde el peronismo mendocino deberá decidir si lima asperezas o si avanza hacia un escenario de fragmentación y competencia. Con este panorama, si las autoridades partidarias pretenden la unidad, deberán apelar a acuerdos de consenso más que a las votaciones de los congresales. Es evidente el desfase de representatividad, al menos de cara al electorado.