Por redacción
La región de Cachemira, disputada entre India y Pakistán, ha sido escenario de una peligrosa escalada militar tras un atentado terrorista ocurrido el 22 de abril en Pahalgam, donde 26 turistas fueron asesinados. Este ataque, atribuido inicialmente al grupo Frente de Resistencia (TRF), desencadenó una serie de represalias entre ambos países, elevando las tensiones a niveles no vistos en décadas.
Los combates se han concentrado en la Línea de Control (LoC) que divide la región de Cachemira, así como en áreas cercanas como Poonch y Baramulla. India ha llevado a cabo la «Operación Sindoor», una ofensiva con misiles de precisión contra supuestos campamentos terroristas en la Cachemira administrada por Pakistán y otras zonas del país. Pakistán ha respondido con ataques de artillería y drones, intensificando los enfrentamientos en la región.
Según fuentes independientes, se han reportado las siguientes bajas:
- India: 3 soldados muertos, 2 heridos, 1 miembro de la Fuerza de Seguridad Fronteriza (BSF) capturado, 16 civiles muertos y 59 heridos.
- Pakistán: 31 civiles muertos y 46 heridos.
Ambos países afirman haber infligido bajas significativas al adversario, incluyendo la destrucción de aeronaves y sistemas de defensa aérea.
Declaraciones Oficiales y repercusión internacional.
El gobierno indio, liderado por el Primer Ministro Narendra Modi, ha acusado a Pakistán de apoyar a grupos terroristas responsables del atentado en Pahalgam. Por su parte, Pakistán niega cualquier implicación y ha solicitado una investigación independiente. Ambos países han intercambiado acusaciones y han tomado medidas diplomáticas como la expulsión de diplomáticos y la suspensión de tratados bilaterales.
La comunidad internacional ha expresado su preocupación por la escalada del conflicto. Estados Unidos y Francia han instado a la moderación, mientras que China y Turquía han mostrado apoyo a Pakistán. La posibilidad de un conflicto nuclear ha generado alarma global, dada la capacidad armamentística de ambos países.