El año 2024 cerró con una caída en las ventas minoristas en Argentina, reflejo directo de la persistente inflación y los desafíos económicos que afectaron el poder adquisitivo de los consumidores. Con una inflación anual del 118%, significativamente menor al 211,4% de 2023, pero aún en niveles elevados, el consumo de bienes y servicios experimentó una caída interanual del 5,3%, marcando una retracción generalizada en el mercado.
A lo largo de 2024, la inflación continuó erosionando los ingresos de los hogares, lo que redujo el consumo de productos no esenciales. En particular, los precios de alimentos básicos aumentaron considerablemente, afectando a los hogares con menores ingresos. Por ejemplo, en noviembre de 2024, los precios de los alimentos en supermercados subieron un 10,5% en relación al mes anterior, un factor que restringió aún más el poder de compra.
Caída en las Ventas
La caída en el consumo fue particularmente notoria en productos no esenciales, como ropa, calzado y tecnología. Las ventas de ropa y calzado cayeron un 12,4% en el primer semestre de 2024, mientras que los electrodomésticos y artículos electrónicos registraron una caída aún mayor, superando el 18% interanual. Este comportamiento se debe a la cautela de los consumidores ante la incertidumbre económica y a la priorización de productos básicos.
En contraposición, el sector de alimentos y bebidas, aunque también afectado por la inflación, experimentó una caída menos pronunciada. Las ventas en supermercados y almacenes de barrio disminuyeron un 13,9% en comparación con 2023, lo que refleja una contracción en el consumo, pero con un comportamiento más estable en relación a otros sectores.
Mendoza: Un Reflejo del Comercio Nacional
En Mendoza, las tendencias nacionales se reflejaron con algunas particularidades. La caída en el consumo fue del 5,7%, ligeramente superior al promedio nacional, debido a factores como el menor poder adquisitivo relativo y una mayor dependencia de sectores como el turismo y la vitivinicultura, que enfrentaron desafíos específicos. El sector de alimentos y bebidas en la provincia registró una caída del 3,9% en términos de volumen de ventas, menos pronunciada que en otras categorías como indumentaria (-11,5%) y electrodomésticos (-13%).
El comercio minorista mendocino se benefició de la fidelidad de su clientela local y de la adaptación de los pequeños comercios a las necesidades del mercado, mientras que la inversión pública en programas sociales e infraestructura tuvo un impacto marginal en el dinamismo comercial.
¡A Dios rogando y con el mazo dando!
El panorama económico de 2024 dejó una profunda huella en el comercio minorista argentino, con una caída generalizada en el consumo, aunque algunos sectores mostraron mayor resistencia. Mendoza, como microcosmos del comercio nacional, evidenció tanto las similitudes como las particularidades del contexto económico, lo que ofrece lecciones importantes para la planificación futura en un entorno de alta inflación y recesión económica.