La movilización de jubilados, acompañado de otras organizaciones, frente al Congreso de la Nación terminó en una jornada de extrema violencia, con decenas de heridos y al menos 150 detenidos. La represión por parte de las fuerzas de seguridad incluyó gases lacrimógenos, balas de goma y el uso de carros hidrantes, mientras que los manifestantes respondieron defendiéndose en inmediaciones del parlamento.
Una protesta que escaló en violencia
Desde horas tempranas, grupos de jubilados, trabajadores estatales, hinchadas de fútbol y organizaciones políticas comenzaron a congregarse en las cercanías del Congreso. La marcha se organizó como respuesta a la represión sufrida en una protesta anterior y en rechazo a las políticas de ajuste del Gobierno. Sin embargo, la situación se desbordó rápidamente cuando las fuerzas de seguridad comenzaron con provocaciones y finalmente intentaron desalojar la manifestación.
Los enfrentamientos se intensificaron en las avenidas Callao y Rivadavia, donde los manifestantes incendiaron contenedores de basura y arrojaron piedras contra la Policía. En respuesta, efectivos de la Policía Federal, la Gendarmería y la Policía de la Ciudad reprimieron con dureza, dejando como saldo un número indeterminado de heridos, entre ellos un fotógrafo de prensa y un jubilado de 77 años que recibió un golpe de un agente y cayó al asfalto.
Detenciones y denuncias de violencia policial
El Ministerio de Seguridad confirmó la detención de al menos 150 personas, entre ellas el dirigente de ATE Capital, Daniel Catalano, trabajadores de la salud y numerosos hinchas de diferentes clubes. Organizaciones de derechos humanos y dirigentes políticos denunciaron que hubo detenciones arbitrarias y abuso de la fuerza por parte de la Policía.
Uno de los episodios más controvertidos de la jornada fue la plantación de un arma por parte de un efectivo policial en la Plaza de los Dos Congresos, con el objetivo de justificar la represión bajo el argumento de la presencia de «barras bravas y violentos». El hecho quedó registrado en video de canales de TV y se viralizó rápidamente en redes sociales, generando fuerte repudio.
Tensión dentro y fuera del Congreso
Mientras la situación en la calle se descontrolaba, en el interior del Congreso también hubo escenas de caos. La sesión de la Cámara de Diputados derivó en un escándalo cuando legisladores de La Libertad Avanza (LLA) se enfrentaron a golpes con sus propios aliados del MID por el emplazamiento de una comisión que investigará la criptoestafa $LIBRA, vinculada al presidente Javier Milei. En medio del tumulto, el presidente de la Cámara, Martín Menem, levantó la sesión de manera abrupta, evitando que se tratara la prórroga de la moratoria jubilatoria.
Diputados de la oposición, como Gisela Marziotta, Leandro Santoro y Vanina Biasi, salieron del recinto para acompañar la protesta y denunciaron la violenta represión. Biasi, incluso, no pudo reingresar al Congreso debido a un fuerte operativo policial en la zona.
Cacerolazos y protestas nocturnas
Pese al desalojo forzado, los manifestantes continuaron movilizándose por calles aledañas y hacia la Plaza de Mayo. Durante la noche, se registraron cacerolazos en distintos barrios de la Ciudad de Buenos Aires en repudio a la represión y las políticas del gobierno de Milei y Bullrich.
Este nuevo episodio de tensión social deja en evidencia el creciente descontento con la situación económica y la respuesta gubernamental a las protestas. La violencia desatada en las calles y en el recinto parlamentario muestra un escenario de crisis política y social que, lejos de resolverse, parece escalar día a día.