Mendoza Diario

La cosecha de la vendimia 2023 tendrá marcadas pérdidas por las contingencias climáticas.

La vendimia 2023 será una cosecha marcada por las contingencias climáticas, ya que las heladas tardías y los episodios de granizo que afectaron a gran parte de las regiones vitivinícolas provocaron grandes pérdidas en la producción y llevaron al Gobierno a instrumentar medidas de asistencia.

Esta semana, el ministro de Economía, Sergio Massa, anunció en La Rioja aportes no reintegrables para asistir a los productores de todo el país perjudicados. En ese sentido, Massa anunció la puesta en marcha de una nueva instancia del Programa de Apoyo a Pequeños Productores Vitivinícolas en Argentina (Proviar).

«Son $10.000 millones en aportes no reintegrables. Sanjuaninos, mendocinos, rionegrinos, riojanos, todos aquellos que apuestan a la vitivinicultura van a estar asistidos a partir de este programa que pretende seguir fortaleciendo esa marca que, en definitiva, representa al vino argentino», aseguró ante productores riojanos.

Responsables de emprendimientos vitivinícolas de distintas regiones del país brindaron su testimonio para trazar un panorama sobre la situación del sector.

«La vendimia 2023 será una cosecha donde el factor climático deje su impronta en las diferentes zonas productivas las diversas contingencias climáticas -heladas, granizo y sequía- y sus consecuencias han sido sumamente dispares», afirmó Franco Bastías, ingeniero agrónomo de Domaine Bousquet. En ese sentido, Bastías reveló que «a pocos días de haber iniciado la vendimia, hemos obtenido en promedio una producción en volumen cercana al 92% en comparación con la vendimia 2022», gracias al aporte de la tecnología, como el riego por goteo y la tela antigranizo. A nivel cualitativo, agregó, se espera un año «excelente, no sólo por el efecto ‘menor cantidad, mayor calidad’ sino también porque las bajas precipitaciones y una marcada amplitud térmica favorecerán la concentración de la uva, lo que esperamos produzca un salto cualitativo en esta vendimia».

Por su parte, Diego Ribbert, director de Enología de Chandon, admitió que hay «una merma en los rendimientos importante», lo que obliga a «buscar un poco más de productores o conseguir un poco más de uva porque claramente ha habido una baja en los rendimientos generales lo cual ha movilizado bastante el mercado». No obstante, aclaró: «Estamos contentos con la calidad, el tema sanitario es excelente» y aunque admitió que «todavía está toda la vendimia por delante que sin lugar a dudas nos desafía día a día pero estamos preparados para ello».

«La cosecha viene bastante adelantada»

Alejandro Eaton, ingeniero agrónomo de Susana Balbo Wines, advirtió que «las heladas tardías de primavera y las tormentas de granizo -las cuales han tenido una violencia inusitada este año- van a hacer que la cosecha sea sensiblemente menor a la del año pasado, la cual de por sí ya fue escasa. En nuestros viñedos la pérdida es más que considerable, entre 30% y 70%, según la zona; en el caso de los productores con los que trabajamos, la variación es todavía más grande y llega a pérdidas totales, aunque otros estiman que van a tener incluso más kilos que el año pasado», explicó Eaton.

En cuanto a la calidad, advirtió que éste es «un año muy caluroso, y generalmente este tipo de años no terminan siendo tan buenos; sin embargo, tal vez pueda haber una compensación por la menor cantidad de kilos, y ahí queda todavía mucho partido por jugar, por lo que no sería sensato dar un pronóstico definitivo».

En tanto, Manuel González, enólogo de Bodega Andeluna, indicó que «hay una merma muy grande debido a los episodios de helada del año anterior que fueron muy fuertes en general; hay zonas obviamente con un poco más de daño que otras, donde hay viñedos en los que no ha dejado nada, puntualmente en San Rafael». «Se puede estimar un 20% o 30% de merma; no me extrañaría que el precio (de la uva) aumente un poco más, pero todavía no hay nada establecido. En cuanto a sanidad es un año bueno, sano», por lo que la uva que se coseche va a ser de buena calidad: «lo que ha quedado de fruta, que es mucho, va a tener muy buena calidad».

En el denominado oasis sur de Mendoza, consignó Micaela Sosa, enóloga de la Bodega Jorge Rubio, «las heladas han afectado muchísimo y se estiman mucha menos cantidad de uvas; es una cosecha medio incierta en este sentido».

Con respecto a la sanidad, añadió: «No hemos notado problemas, ya que nuestra zona (General Alvear) no tiene problemas de humedad, tampoco de plagas ni enfermedades, pero sí se nota bastante corrimiento en algunas variedades. Por esto creemos que vamos a tener en un mismo viñedo diferentes grados de madurez».

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