A medida que se acercan las elecciones generales de la provincia del próximo 24 de septiembre, crecen las hipótesis acerca de cual será el destino de la provincia de Mendoza y su próximo gobierno.

Es que ya pasadas varias elecciones (paso departamentales adelantadas, paso provinciales, paso nacionales y generales departamentales adelantadas) queda claro que la volatilidad de la bronca hacia la política en general a tomado todo tipo de aristas: ausencia, voto blanco o nulo, o directamente el voto a candidatos consideras outsider, aunque no lo sean del todo.

De esta última maniobra se aferra el candidato que encabeza La Unión Mendocina, Omar De Marchi, incluso cuando empezó a gestar su objetivo de hacerse con la gobernación. Eyectado de la fuerza que integraba, el PRO, en nombre de mantener la unidad y disciplinamiento de Cambiemos y Cambia Mendoza; salió a construir un espacio con todos los desplazados y enojados con Alfredo Cornejo.

A medida que las elecciones han ido transcurriendo mayor ha sido el número de individuos y/o fuerzas políticas (algunas que no pasan de sellos) que se han sumado como un parche o remiendos de un gran Frankenstein. Si bien en un momento se sumaron fuerzas como el Frente Renovador, el Partido Demócrata o incluso una figura de cierto peso como la ruptura del actual intendente de Las Heras, Daniel Orozco, para abajo solo se han llenado de “dirigentes” o mejor dicho meros punteros desplazados de sus fuerzas de origen (sean radicales o peronistas). Acá entran los hermanos Cazabán, el derrotado ex intendente de Lavalle, Rigghi; el timorato apoyo de algunos intendentes pejotistas que tuvieron mejor suerte, así como el último de todos el de Marcelo Romano.

El paso del abogado ambientalista tiene una condición muy particular que no debe pasarse por alto, el arreglo estaba hecho antes de las elecciones generales del departamento de San Carlos, y aun con el candidato levantando el pie del acelerador termino siendo quien más creció entre paso y generales, cumpliendo el objetivo de contener el voto opositor incluso en mayor cantidad de la que él mismo pretendía. Si bien Romano no es el dueño de estos votos, ni mucho menos, es una señal a tener en cuenta de cara las generales provinciales.

El masivo descontento de la población que sufre el preso de la crisis que vive el país y que claramente al gobierno provincial le pasa una fuerte factura, una fuerza sin un verdadero programa opositor a la actual gestión, más que algunas promesas vagas a la educación y algo de la RTO; puede terminar haciendose con el gobierno de la provincia y muchos departamentos, en el marco de más del 20% de indecisos.

Los interrogantes de un futuro gobierno de LUM son muchos: ¿qué política van a desenvolver con sectores tan encontrados en sí?, ¿es la situación que atraviesa el departamento de Las Heras un reflejo de esto?.

El equipo de campaña de Alfredo Cornejo parece despreciar esta hipótesis y encerrarse en las operaciones mediáticas encabezadas por encuestas que ya se vienen chocando con la realidad; el momento de levantar a terceros parece a ver pasado y tampoco enamoran a nadie como es el caso del Frente Elegí, Verdes y la Izquierda; mientras la tropa cornejistas se prenden por lo bajo a una campaña sucio y de desprestigio, en el fondo solo beneficia a Omar De Marchi, y el futuro de los mendocinos parece atado a la suerte de ser gobernado Frankenstein.