En el marco de la Fiesta Nacional de la Vendimia, el tradicional Desayuno de la Corporación Vitivinícola Argentina (COVIAR) volvió a reunir a empresarios, productores y dirigentes políticos para debatir sobre los desafíos del sector. Entre las principales preocupaciones expuestas destacan la necesidad de mejorar la competitividad, el impacto de la cosecha en los precios y el futuro de las exportaciones.
Exportaciones y competitividad: un panorama desafiante
Los números del primer bimestre de 2025 marcaron una caída del 3,9% en el volumen exportado, con un retroceso más pronunciado en los vinos a granel (-10,4%). José Bartolucci, presidente de la Cámara de Exportadores de Vino a Granel, explicó que la pérdida de competitividad sigue siendo un problema, aunque destacó que el panorama podría mejorar este año gracias a una mayor disponibilidad de stock y un incremento del 10% en la cosecha.
“Vamos a tener mayores oportunidades porque podremos exportar la gama de vinos genéricos, algo que en los últimos dos o tres años no ocurría”, señaló Bartolucci. Además, subrayó que la estabilidad macroeconómica podría favorecer la competitividad sin necesidad de ajustes cambiarios abruptos.
Una cosecha con desafíos técnicos.
Si bien la vendimia 2025 llega con un aumento del 10% en la producción respecto a 2024, los productores enfrentan dificultades debido a la maduración acelerada de la uva. Según Fabián Ruggeri, presidente de Acovi, el proceso de cosecha se acortó a aproximadamente 45 días, lo que genera complicaciones logísticas y podría afectar la calidad del vino.
“No te alcanza el frío, no te alcanzan las prensas, y entonces hay que hacer ajustes en la producción que pueden impactar en la calidad final”, advirtió Ruggeri, recordando problemas similares ocurridos en 2019. Además, Sebastián Lafalla, presidente de la Cámara de Agricultura, Comercio, Industria y Turismo del Valle de Tupungato, calificó la situación como una “tormenta perfecta”: mayor producción, caída del consumo y un stock acumulado de siete meses que presiona a la baja los precios.
Las bodegas, además, están reduciendo la compra de uva en un 25% a 30% y extendiendo los plazos de pago hasta diciembre, lo que genera incertidumbre entre los productores.
El mosto, un sector con mejores perspectivas
En contraste con los desafíos del vino, el mercado del mosto presenta un panorama más alentador. Martín Materia, presidente de la Cámara del Mosto, confirmó que la demanda se mantendrá firme, al menos hasta mitad de año, con un aumento del 10% en comparación con el mismo bimestre de 2024. Aunque aún no se han definido precios, Materia destacó que el mosto argentino podría mantener su competitividad frente a su principal rival, el mosto chino, gracias a ciertos aranceles que elevan el costo de este último en mercados clave como Estados Unidos.
El mensaje de Nación: menos regulación y más inversión
El evento contó con la participación de Sergio Iraeta, secretario de Agricultura de la Nación, quien reafirmó la postura del Gobierno de reducir la intervención estatal en la economía. “La estrategia es simplificar, que la gente pueda trabajar en paz, y para eso hay que liberar”, sostuvo Iraeta, aunque no realizó anuncios específicos para el sector.
Por su parte, Mario González, presidente de COVIAR, reiteró la necesidad de reglas claras y estabilidad para la industria. “La vitivinicultura necesita inversión en tecnología para bajar costos y ser más eficiente en todos los eslabones”, afirmó. También alertó sobre el avance de la plaga de Lobesia Botrana y pidió mayor apoyo estatal para enfrentarla.
La edición 2025 del Desayuno de COVIAR reflejó un sector vitivinícola que, si bien enfrenta desafíos como la caída del consumo interno, la presión sobre los precios y las dificultades técnicas de la cosecha, también busca oportunidades en la exportación de vinos a granel y la estabilidad del mercado del mosto. Con la mirada puesta en la competitividad y la eficiencia, los actores de la industria coinciden en que la clave estará en la capacidad de adaptación ante un escenario económico y productivo complejo.
Los clásicos ausentes.
Los planteos que dominaron el desayuno de la Coviar ya parecen un guión armado que se repite año tras año sin importar quien esté en el gobierno. Las ausencias también se han transformado en un clásico.
Las familias de productores que están al borde del colapso, si es que ya no lo hicieron fruto de la economía recesiva y las facturas astronómicas de energía y agua.
Los cosechadores por otro lado tampoco pudieron expresar las preocupaciones del sector, que claramente es el más castigado con ingresos que retroceden a niveles de pobreza.
El panorama no parece muy alentador el mundo del vino no puede dejar afuera a dos de los sectores claves de la industria, no obstante la política del gobierno nacional de “libre mercado” los está poniendo en un situación insostenible.