El peronismo mendocino atraviesa una etapa de fragmentación profunda, una situación que se ha acentuado a medida que se acercan las próximas elecciones. Aunque las disputas internas no son nuevas, el escenario actual refleja con claridad las tensiones entre la principal referente del espacio, Anabel Fernández Sagasti, y las autoridades partidarias junto a los intendentes, quienes se encuentran lejos de formar un bloque homogéneo.
Sagasti redobla su ofensiva
En los últimos días, la senadora nacional Anabel Fernández Sagasti ha intensificado su oposición tanto al gobernador Alfredo Cornejo como al presidente Javier Milei, a quienes acusa de aplicar políticas de ajuste que perjudican a Mendoza y al conjunto del país. Esta postura combativa la posiciona como la líder más visible del espacio, aunque enfrenta un límite importante: la división interna del peronismo y un techo electoral bajo, marcado por su fuerte identificación con Cristina Fernández de Kirchner. Sin embargo, esa misma cercanía le asegura mantener un liderazgo preponderante sobre otras tendencias internas.
Sagasti ha sido crítica de la conducción local del Partido Justicialista, reclamando mayor diálogo y señalando que el PJ provincial “le avala absolutamente todo” a Cornejo. La senadora ha advertido que, si no logra un acuerdo dentro del espacio, avanzará con un partido propio, respaldada por encuestas que la muestran como la figura con mayor nivel de conocimiento dentro del peronismo mendocino.
Intendentes: un frente dividido
En la vereda opuesta se ubican las autoridades partidarias y los intendentes peronistas, que han buscado proyectar una imagen de unidad frente al desafío electoral. Emir Félix, una de las principales figuras de este sector, respondió a los cuestionamientos de Sagasti subrayando que se está trabajando para alcanzar la unidad, y que de no llegar a acuerdos, la competencia deberá resolverse en las internas partidarias. Félix cuenta con el respaldo de parte de los intendentes, quienes vienen impulsando su nombre como posible cabeza de lista para las elecciones provinciales de octubre.
Sin embargo, más allá de los discursos públicos, las acciones de los intendentes muestran una falta de cohesión evidente. Aunque algunos se han pronunciado a favor de que Félix lidere la propuesta electoral, esto no parece terminar de fraguar.
La división interna quedó expuesta con claridad en la última asamblea legislativa donde habló el gobernador Alfredo Cornejo. Mientras los sectores más cercanos a las autoridades partidarias decidieron ausentarse en señal de rechazo, los más cercanos al ex vicegobernador Carlos Ciurca participaron activamente de la sesión. Este episodio dejó en evidencia que, más allá de las intenciones de unidad, el peronismo mendocino continúa profundamente fragmentado.
Diálogo con Cornejo y falta de diferenciación
Un aspecto que comparten los “Antikichneristas” del PJ es la actitud dialoguista con el gobierno provincial. Los intendentes, en particular, han acompañado varias iniciativas de Alfredo Cornejo, entre ellas la aprobación de los presupuestos provinciales. Esta posición limita la posibilidad de marcar una diferenciación clara frente al oficialismo y deja al peronismo en una situación delicada para reconstruir un perfil de oposición fuerte y autónoma.
Desdoblamiento electoral y desafíos estratégicos
En este contexto, algunos intendentes han optado por priorizar sus propios distritos y han dejado entrever que desdoblarán las elecciones municipales, más allá del cronograma que fije Cornejo. La intendenta Flor Destéfanis, por ejemplo, lo sugirió durante la apertura de sesiones del Concejo Deliberante de Santa Rosa. Esta estrategia localista refleja la falta de un proyecto provincial común y alimenta la percepción de que la lista del PJ se ha vaciado de contenido político real, convirtiéndose en una estructura que pocos dirigentes quieren encabezar.
Perspectivas
El desafío para el peronismo mendocino es doble: resolver las tensiones internas y ofrecer una propuesta electoral que trascienda las disputas intestinas. La división entre Sagasti y las autoridades partidarias, sumada a la fragmentación entre los propios intendentes, complica cualquier intento de consolidar una alternativa fuerte para las elecciones. Mientras tanto, la cercanía de sectores peronistas con el oficialismo provincial sigue siendo un factor que erosiona la capacidad de delinear un perfil opositor sólido.