El pasado fin de semana se desarrolló la interna partidaria del PRO mendocino. El cual se encontraba intervenido desde que Omar De Marchi decidiera sacar el partido del Frente Cambia Mendoza.

Los candidatos que se enfrentaban eran Hebe Casado, actual vicegobernadora, encabezando un sector ligado a Patricia Bullrich en lo nacional. Del otro lado Gabriel Pradines, actual legislador, paladín de Omar de Marchi, ambos cercanos al bando de Mauricio Macri.

Finalmente el partido quedará en Pradines que salió victorioso en unos comicios con bajísima participación (se cree que fueron poco más de 4000 de los 18000 figurantes en el padrón) y llena de maniobras para evitar que una u otra lista se pudiera presentar, algo que estuvo en vilo hasta pocos días de realizarse la elección. Estas maniobras parecen tener continuación en el tiempo ya que Hebe Casado que reconoció que perdió por poco denunciará un supuesto fraude en la elección.

Una pelea que excede lo provincial

Si bien esta elección buscaba ordenar un partido que se encuentra quebrado desde hace muchos años por las pugnas que existen entre De Marchi y Alfredo Cornejo llega en momentos en que todo parece ir en contramano a nivel nacional. Donde hace poco Mauricio Macri y Patricia Bullrich se “habían repartido” el manejo del partido: para Macri la presidencia y para Bullrich el manejo de la asamblea partidaria, hoy desde el sector que acompañan a la actual ministra de seguridad denuncia que el ex presidente rompió (para sorpresa de nadie) los acuerdos y se quedó con todo.

Todo esto ante expuesto deja claro que la conducción local mostraba la importancia en manos de quien quedaba la conducción, y el porqué de perder el mismo generará más que un dolor de cabeza a Bullrich, y a Cornejo también alineado. Este último intentó bajarle el precio a esta elección pero para no puede esconder que puso a intendentes propios a poder garantizar que Casado se hiciera finalmente con el mandato, y que menos que menos esperaba perder con “el Omar” a quien venía derrotando.

Esta circunstancias también genera más “incertidumbre que certezas”, parafraseando el documento de la Fundación Pensar, y eso explica un poco las caras largas que se ven en el gobierno provincial por estas horas.

Cornejo es consciente de la encrucijada en la que se encuentra, con una condición de debilidad ante el marco nacional. Viene de sufrir derrotas contra los candidatos nacionales de Milei, ganó la interna de Cambia Mendoza por muy poco contra Luis Petri que peleaba sin aparato, y su imagen se ve en caída libre mientras la del presidente y el actual ministro de defensa se mantienen altas. O sigue alineado con Bullrich y trabaja el acuerdo con Milei a quien viene apoyando fuertemente, sin lograr reciprocidad de ello, con el fin de quedar bien parado a sabiendas que “el peluca” le impondrá sus propias condiciones, o se mantiene fuera con lo que ello le puede provocar de cara a unas próximas elecciones que, aunque lejanas, ya en la mira de muchos.

En la vereda de enfrente observan con atención esta situación: Petri apegado a Milei y Bullrich; De Marchi con su tropa a la espera de la jugada de Macri; los que ya no son tan propios como Ulpiano Suarez y sus intenciones de gobernar la provincia; e incluso el peronismo que está en su propia crisis pero buscar reorganizarse de la mano de Stevanato.