Mendoza Diario

Trump y Elon Musk, de aliados a enemigos públicos

La información fue publicada por la revista The Economist, que detalló los pormenores de una ruptura tan inesperada como explosiva.
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La relación entre el expresidente Donald Trump y el magnate tecnológico Elon Musk atraviesa su momento más tenso, con amenazas cruzadas, acusaciones graves y un posible impacto sobre negocios estratégicos de nivel mundial. La información fue publicada por la revista The Economist, que detalló los pormenores de una ruptura tan inesperada como explosiva.

La tensión escaló luego de que Trump calificara a Musk de estar “agotado” y “loco” en su red social Truth Social, apenas días después de haberlo elogiado públicamente en la Casa Blanca como un “patriota increíble”. Musk respondió desde su plataforma X (ex Twitter) con una acusación inquietante: afirmó que Trump aparece en archivos vinculados a Jeffrey Epstein que no se han hecho públicos.

Hasta hace poco, Musk era considerado un aliado clave de Trump. Según The Economist, había llegado incluso a trabajar como «empleado especial del gobierno» en una oficina llamada Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE). Su salida del cargo y las críticas al paquete económico impulsado por Trump, el “One Big Beautiful Bill”, marcaron el quiebre definitivo. Musk calificó esa medida como una “abominación repugnante”, criticando además los aranceles propuestos por Trump por su potencial efecto recesivo.

La disputa no es solo retórica. Trump amenazó con cancelar los contratos gubernamentales de SpaceX, una de las empresas más estratégicas de Musk. El problema es que el gobierno estadounidense depende profundamente de SpaceX para colocar satélites, incluida infraestructura clave para la seguridad nacional. También mencionó la posibilidad de nacionalizar las empresas de Musk, algo impulsado por figuras como Steve Bannon, quien incluso sugirió quitarle la ciudadanía estadounidense al empresario nacido en Sudáfrica.

Sin embargo, como advierte The Economist, las verdaderas amenazas podrían venir por otros caminos: actualmente, Musk y sus compañías están bajo al menos 65 acciones regulatorias por parte de 11 agencias federales. Las investigaciones abarcan desde falsas promesas sobre la conducción autónoma de Tesla, hasta violaciones éticas en experimentos con monos en Neuralink y lanzamientos irregulares de cohetes en SpaceX.

La revista británica advierte que el estilo de gobierno de Trump puede transformarse en un sistema “de oligarquía”, donde las reglas se aplican de manera desigual según el nivel de lealtad al presidente. Y en ese sentido, Musk podría estar descubriendo lo que significa quedar fuera del círculo de protección.

Por ahora, Musk parece haber retrocedido parcialmente, eliminando amenazas como la de desmantelar la nave Dragon, pero el conflicto está lejos de terminar. En un clima donde los multimillonarios de Silicon Valley apuestan por líderes que prometen reducir regulaciones, Trump podría estar enviando una advertencia clara: no hay trato sin obediencia.

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