El Presidente Javier Milei anunció el fin de la utilización de la Ley de Género por parte de los internos con el objetivo de obtener un traslado de penal con condiciones más laxas de detención, al encabezar esta tarde la ceremonia de entrega de sables a oficiales ascendidos en el Salón Blanco de Casa Rosada.
«Tan sólo la semana pasada se supo que el jefe de la banda de Los Monos pidió 10 hábeas corpus para cambiarse de género y poder recibir visitas de hombres. Sólo en un país cuyos valores han sido profundamente trastocados puede permitirse semejante barbaridad», afirmó el mandatario durante el acto en el que brindó un fuerte respaldo a las fuerzas de seguridad que «han demostrado con honor y valentía estar a la altura de las circunstancias que los tiempos les demandaron».
«Durante muchos años en este país, la política trató de poner a los victimarios en el lugar de las víctimas y a las víctimas en el lugar de los victimarios», en medio de una «puja argumentativa ridícula» en la que las fuerzas de seguridad «quedaron desamparadas por un Estado que se cansó de ningunearlas», afirmó el Presidente. Y agregó que «se llegó al absurdo de liberar presos o castigar a policías honorables por el imperdonable delito de hacer bien su trabajo» bajo el nombre de garantismo que «solo garantizaba la perpetuidad del crimen y el vale todo».
El Presidente Javier Milei anunció el fin de la utilización de la Ley de Género por parte de los internos con el objetivo de obtener un traslado de penal con condiciones más laxas de detención, al encabezar esta tarde la ceremonia de entrega de sables a oficiales ascendidos en el Salón Blanco de Casa Rosada.
«Tan sólo la semana pasada se supo que el jefe de la banda de Los Monos pidió 10 hábeas corpus para cambiarse de género y poder recibir visitas de hombres. Sólo en un país cuyos valores han sido profundamente trastocados puede permitirse semejante barbaridad», afirmó el mandatario durante el acto en el que brindó un fuerte respaldo a las fuerzas de seguridad que «han demostrado con honor y valentía estar a la altura de las circunstancias que los tiempos les demandaron».
«Durante muchos años en este país, la política trató de poner a los victimarios en el lugar de las víctimas y a las víctimas en el lugar de los victimarios», en medio de una «puja argumentativa ridícula» en la que las fuerzas de seguridad «quedaron desamparadas por un Estado que se cansó de ningunearlas», afirmó el Presidente. Y agregó que «se llegó al absurdo de liberar presos o castigar a policías honorables por el imperdonable delito de hacer bien su trabajo» bajo el nombre de garantismo que «solo garantizaba la perpetuidad del crimen y el vale todo».