La mañana de este jueves arrancó con un fuerte cimbronazo en el municipio de Guaymallén, y es que el intendente, Marcos Calvente, llamó a todo su gabinete y les pidió la renuncia a todos. El mandatario va a definir en los primeros días de enero como quedará la reestructuración de los funcionarios.
El plan incluye reestructurar varias áreas para poder de esta manera también achicar el gasto que las mismas tienen. Tal es el caso de desarrollo económico que se le pretende dar un impulso junto a industria, buscando atraer la inversión privada al municipio, algo que hoy viene un poco relegado con respecto a otros municipios como Luján de Cuyo o Maipú.
Por esto mismo se les exigió a todos los funcionarios que presenten balances de las gestiones que tuvieron a cargo para que puedan ser avaladas. Muchos de estos directores y secretarios llevan ocho años al frente de sus áreas lo cual ha provocado cierto estancamiento por lo cual buscarían imprimirle dinamismo a todos estos sectores. Por lo cual las renuncias y modificaciones en todas las áreas se esperan que sean muchas.
Es claro que no se puede pasar por alto la interna abierta entre Calvente y Marcelino Iglesias, y que muchos de estos funcionarios vienen de su gestión, y la cena que el ex intendente organizó con muchos de ellos donde se esgrimieron críticas y hasta la propuesta de ir a internas contra la actual gestión.
La realidad es que mientras muchos ya estaban pensando en cortar el pan dulce, Calvente le puso pimienta al fin de año para darle un comienzo al 2025 a todo ritmo.
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