El Sindicato Unido de Trabajadores de la Educación (SUTE) inicia este miércoles una nueva ronda de negociaciones paritarias con el Gobierno de Mendoza, en medio de un clima de descontento por los bajos salarios docentes y la decisión oficial de adelantar el inicio del ciclo lectivo al 24 de febrero.
Carina Sedano, secretaria general del SUTE, dejó en claro que uno de los principales objetivos del gremio es recuperar el lugar que alguna vez ocupó la provincia en el ranking nacional de salarios docentes. «Pasamos de ser de los mejores pagos a estar entre los peores», sentenció la dirigente. Actualmente, un maestro que recién inicia su carrera percibe un salario de bolsillo de $570.000, una cifra que, según Sedano, queda muy por detrás de lo que ganan sus pares en otras jurisdicciones del país, donde pueden percibir hasta $400.000 más.
El sindicato también reclama la recomposición de lo perdido en los últimos años, recordando que en 2020 no hubo aumentos salariales frente a una inflación del 36%, y que la devaluación de 2023 profundizó aún más la pérdida del poder adquisitivo. Si bien aún no han definido un porcentaje concreto de aumento, la propuesta se terminará de construir en conjunto con los docentes a través de plenarios y debates en las escuelas.
El conflicto por el inicio de clases
Otro punto de discordia es el calendario escolar. Para el SUTE, el inicio de clases en febrero impactará negativamente en muchas familias trabajadoras, especialmente en sectores rurales donde la cosecha sigue en curso y los niños acompañan a sus padres en las tareas agrícolas. «Volvemos a hacer una discriminación entre los estudiantes que pueden y los que no pueden», advirtió Sedano, insistiendo en que la fecha histórica de inicio de clases en Mendoza ha sido en marzo, luego de la Fiesta de la Vendimia.
ATE también presiona por aumentos
Mientras los docentes se preparan para la discusión salarial, la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) sigue el mismo camino, con paritarias previstas para el 10 de febrero. Roberto Macho, secretario general del gremio, aseguró que exigirán incrementos significativos y un bono de emergencia para paliar la crisis económica.
Macho criticó duramente los índices oficiales de inflación, a los que calificó de «mentirosos», y sostuvo que la recomposición debe ser progresiva y acumulativa. «No podemos aceptar aumentos sobre la base de diciembre del año pasado, porque la pérdida del poder adquisitivo fue del 40% al 50%», señaló.
El líder de ATE alertó sobre la situación de los trabajadores estatales, citando el caso de empleados de Salud con 20 años de antigüedad que cobran apenas $540.000. «Es imposible sostener este nivel de ingresos», afirmó, dejando en claro que el gremio no aceptará una suba del 1% como la que han acordado otros sindicatos a nivel nacional.
El pliego de reclamos de ATE incluye, además de aumentos salariales, el pase a planta permanente de trabajadores precarizados, la incorporación de adicionales al salario básico y la eliminación de cambios de régimen en el sector Salud.
Un escenario de conflicto en puerta
Con ambos gremios en estado de alerta y con reclamos contundentes, el Gobierno provincial enfrenta una negociación difícil en las próximas semanas. La tensión ya se siente en las bases y no se descartan medidas de fuerza si las propuestas oficiales no satisfacen las demandas sindicales.
En un contexto económico incierto y con la presión de los trabajadores estatales en aumento, las paritarias 2025 se perfilan como un nuevo capítulo de lucha gremial en Mendoza.