Las elecciones presidenciales de 2023 serán recordadas por haber tenido el mayor ausentismo desde el regreso de la democracia, cuando Alfonsín se convirtió en el primer presidente luego de la Dictadura Cívico Militar. Así, con una participación del 74%, más de 9 millones de personas no ejercieron hoy su derecho a voto según datos provistos por la Cámara Nacional Electoral (CNE) marcando la elección presidencial con menos concurrencia desde 1983.
La participación electoral en estos comicios generales creció casi cuatro puntos desde las PASO de agosto, un número ligeramente inferior a los 5-6 puntos extras que se esperaban. En las PASO había votado el 70,4% del padrón en las PASO, la participación más baja desde 1983 con 10.469.430 electores ausentes, en tanto este domingo no lo hicieron 9.205.303. La diferencia en la concurrencia fue de 1.264.127 votos. Lo que significó un aumento de un millón de personas ganadas a la participación electoral.
El crecimiento de los votos de las PASO a las Generales es una tendencia habitual a lo largo de la última década y una tendencia casi natural en el formato electoral cuando se juegan las cartas finales.
La apatía electoral es un fenómeno que ya se había manifestado en prácticamente todas las elecciones provinciales y se replicó a nivel nacional en las PASO. En Mendoza algunas de las elecciones municipales desdobladas llegaron a medir poca más del 60%.
El Observatorio de Política Electoral del Ministerio del Interior detalla que, desde el retorno de la democracia, la participación electoral siempre estuvo por encima del 70%, con la única excepción en las elecciones legislativas de 2021, que se hizo en medio de la pandemia por el Covid. En ese momento, la participación fue del 68% del padrón, la elección con más baja participación de las últimas décadas.
Los comicios presidenciales de 2007 fueron el registro histórico con menor participación electoral desde el regreso de la democracia: sólo votó el 76,2% del padrón. Era una elección que ya se sabía definida desde las PASO, cuando Cristina Kirchner arrasó y finalmente se impuso en primera vuelta con más de 20 puntos de diferencia sobre Elisa Carrió. Otros comicios con participación históricamente baja ocurrió en 2003: tras la gran crisis económica, la participación electoral fue del 78,2%.
Según el relevamiento de datos históricos, las cifras más altas de participación se registraron en las elecciones de los años 1983 y 1989 superando más del 85% en los dos procesos electorales inmediatamente posteriores a la recuperación democrática. En las elecciones siguientes de la década de 1990 los porcentajes bajaron, pero no de manera considerable, ya que la participación se mantuvo en un 82%.
Tras la crisis económica, política y social desatada a principios de siglo, el porcentaje de la ciudadanía que ejerció su derecho al voto se mantuvo por debajo del 80% hasta el año 2015. En las elecciones presidenciales del año 2019, la participación en las PASO estuvo en un 76.40%, pero en las generales el porcentaje superó el 80 por ciento. Esta tendencia que mantiene a las PASO con una menor participación se repite desde que se implementaron las internas abiertas obligatorias, en 2011. En las últimas elecciones de 2021, la participación fue de un 68% en las PASO, mientras que en los comicios generales el porcentaje se elevó a un 71%.
Este escenario de apatía creciente está atado a la crisis socioeconómica que atraviesa el país, después de experiencias con los principales partidos que no cambiaron el rumbo económico de millones de votantes. Así esta falta de participación es también un fenómeno a abordar por quién sea que gane las elecciones este domingo. Los resultados de las elecciones se pueden seguir a través de la página oficial.